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El valor del jugador centro en la NBA

Todos los equipos buscan “su” hombre alto, ese center que domine la pintura y sea la piedra angular del equipo.

La tradición del baloncesto se basa en formar un equipo desde el pívot o el base, aunque la escasez de siete pies hace que se centren muchos más esfuerzos en los interiores.

La NBA es una liga en la que juegan aproximadamente 450 jugadores repartidos entre las 30 franquicias. De todos ellos, sólo 36 jugadores llegan (o superan) los 7 pies -213 cm -. Y si añadimos a los de 6’11 (210 cm) la cifra asciende a 60. Esto representa el  13% del total de los jugadores de la NBA. Una cifra relativamente baja y mal repartida si tenemos en cuenta que los Denver Nuggets y los Charlotte Bobcats cuentan con tres jugadores de dicho grupo cada uno de ellos.

Los hay defensivos, ofensivos, All-Star y meros suplentes. Pero la fiebre de los GM por encontrar el nuevo Shaq, el nuevo Zo, el nuevo Mutombo o el nuevo Olajuwon hacen que muchos de ellos estén sobrepagados de manera clara (bajo mi punto de vista). Si mides 2.10 y eres mínimamente decente jugando puedes llegar a tener una carrera longeva en la NBA y, con suerte, extremadamente bien pagada.

En los 90 hubo casos de escándalo. Un ejemplo de mucho por casi nada fue Jim McIlvaine. El que fuese pívot de los Seattle Supersonics entre 1996 y 1998 firmó un contrato de 7 años y 35 millones… promediando 4 puntos, 4 rebotes y 2 tapones en su mejor año. Para la época, era un contratazo. Se aseguró el futuro pesando sus 216 con una media de 18 minutos por noche.  Increíble. Su caso se debe a la desesperación por tener un 7 pies en la plantilla e intentar romper la hegemonía que tenían los Chicago Bulls en la década de los noventa.


Algunos interiores sólo se ponían las pilas en los años que tocaba renovarlos.  

Erick Dampier fue un ‘maestro’ en eso.  Tras jugar a un nivel no demasiado alto en sus 7 primeros años (8 puntos y 6 rebotes) se fue a los 12.3 puntos, 12 rebotes y 1.9 tapones en el curso que le dejaba como agente libre. Plantó a los Golden State Warriors para ir a los Mavs. Mark Cuban vio en él un filón y le firmó para los siguientes 6 años por un montante de total de 60 millones.  Nunca jugó igual, siendo objeto de un montón de críticas salvo… en la temporada  2009/10. Tocaba renovar y los primeros 15 partidos promedió 10 puntos, 11 rebotes y 2.6 tapones. Daba la sensación de recuperar el tiempo perdido, pero luego bajó el ritmo y esta vez no picó Cuban.

 En la actualidad hay algún caso que merece mención. Los General Managers están en muchos casos desesperados en encontrar una torre que apuntale su proyecto. Firmar más de 5 años a un jugador de 2.10 o más es un riesgo. Lesiones graves que pueden pasar factura lo que les queda de contrato; bajar el ritmo por falta de competencia en la posición; saber que serán objeto de traspaso y rendir sólo de vez en cuando, etc.

DeAndre Jordan obtuvo  un contrato de  43 millones por 4 temporadas el pasado verano. Este temporada ha  promediado 8.8 puntos, 7.3 rebotes y 1.4 tapones pero con un 38% en tiros libres. Mucho espectáculo pero sin ser un referente en la zona, ni maduro para los momentos clave, ni adecuado para resolver situaciones. Y sin Chris Paul puedo asegurar que este chico produciría bastante menos en ataque.

El mismo contrato lo obtuvo JaVale McGee. El pívot de los Denver Nuggets no es ni siquiera titular, con medias de 9 puntos, 4.8 rebotes, 2 tapones y un 56% en tiros libres. Su mala cabeza le está pasando factura, pero su último año en los Wizards le valió salir al mercado con garantías y asegurarse un contrato que no merece (visto lo visto este curso).

Kendrick Perkins supo sacar tajada de su papel en los Boston Celtics en el anillo de 2008 y su posterior mejora para firmar en marzo de 2011 un contrato de 32.5 millones por 4 años. Traspasado a los Thunder, en dos campañas y media ha promediado 4.8 puntos y 6.8 rebotes, con una gran cantidad de faltas que hacen que no sea un pívot para muchos minutos ni para partidos importantes.

Pero puede que el peor del grupo sea Andris Biedrins. El letón, que actualmente calienta banquillo en los Warriors, consiguió en verano de 2008 un regalo de los cielos: 54 millones por 6 años. Era un gran reboteador y defensor que aprovechaba los pick&roll para anotar alguna canasta. Pero sufrió un bajón. ¿Qué promedia en las últimas tres campañas? La escalofriante media de 2.4 puntos, 4.7 rebotes y 1 tapón en 16 minutos. Su porcentaje de tiros libres es digno de ser denunciado (30% ) y Mark Jackson ya casi no cuenta con él. Pero sigue ingresando sus casi 10 millones por curso.

 Son cuatro casos de jugadores que han sabido rentabilizar su buen momento en el momento adecuado para obtener un gran contrato. Y los GM han aplicado en ellos la filosofía de “mejor tener un perro grande que ninguno, por lento o tosco que sea”.

 Pero no todo son pívots con grandes sueldos y bajos rendimientos.

Marc Gasol también obtuvo su gran contrato este verano. Ni más ni menos que 57 millones por 4 años garantizados. Marc se ha asegurado un lugar en la élite  de los pívots de la NBA y lo agradece siendo premiado como Mejor Jugador Defensivo 2012/13. Sus 14.1 puntos, 7.8 rebotes, 4 asistencias y 1.7 tapones con un 84% en tiros libres.  Es el hombre que todos quieren para su zona, es el referente de los Grizzlies que están en las Finales de Conferencia.

Otro gran defensor es el francés Joakim Noah. El pívot de los Chicago Bulls selló en 2010 un contrato de 60 millones por cinco años.  Sus medias desde entonces son de 11.2 puntos, 10.5 rebotes y 1.7 tapones, siendo el amo de la zona de los de Thibodeau y uno de los jugadores más duros de la NBA. Su entrega y profesionalidad están fuera de toda duda.

Seguramente no se cambiará nunca esta tendencia, pero no es de extrañar que cada vez haya más pívots europeos. Las llegadas de Nikola Vucevic, Omer Asik, Nikola Pekovic, Jan Vesely o Jonas Valanciunas son ejemplos de que en el Viejo Continente se están haciendo las cosas bien. Puede que en un futuro próximo los dominadores interiores sean de mayoría no estadunidenses, siguiendo los pasos de Pau Gasol, Dikembe Mutombo, Hakeem Olajuwon, Arvydas Sabonis, Marc Gasol, Joakim Noah o Anderson Varejao.

Por Albert Molinari, ultimatenba

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